Buenos días!
Hoy os escribo por la mañana en vez de por la noche como de costumbre.
La razón es que ayer era el día de publicar el boletín y aunque conseguí grabar el vídeo, no pude terminar el resto de las tareas porque teníamos visita familiar.
Así que sin darme cuenta apliqué de lo que hablo en el vídeo.
Quizás no de una forma tan extrema porque sí que me gusta trabajar en mi proyecto, y no voy a dejar de hacerlo, pero tuve sí que tuve «priorizar» estar centrada con la familia y retrasar la entrega del boletín.
En todo caso, esta situación me hace replantearme si debería preparar el contenido con antelación, para evitar estos retrasos 🙂
Bueno, lo mejor será que veas el vídeo y luego me cuentes cómo lo llevas tú y si lo aplicas en tu vida.
Espero que te sirva de inspiración para mejorar tu calidad de vida.
Gracias por acompañarme en esta aventura y un abrazo enorme desde otro lugar.
maría
El otoño siempre me mueve. Realmente lo siento como mi principio y final. Tardé en darme cuenta de que tenía que ver con la época de mi entrada en escena.
Esta época del año me mueve a decelerar. A caminar más despacio para poder mirar bien. En profundidad. Así es la única manera que alcanzo a ver con claridad.
Miro las hojas caídas tapizando el lecho del bosque y aparece la idea «soltar». Entorno los párpados y trato de afinar un poco más. De ir más allá de este verbo de la primera conjugación que tanto nombramos en el tiempo de la hojarasca.
Entonces aparecen otras ideas. Identificar. Nombrar. Autenticidad. Qué me resuena y qué no. A qué me apego y qué tiene un sentido vivo para mí en ESTE momento… Y tantas otras que no hacen sino invitarme a volver la mirada hacia mí, a empezar a entrar en la cueva, trayendo conmigo al calor del hogar todo lo que me habita justo ahora. Ni antes, ni después.
Todo esto es lo que muevo para que se quede. Lo demás, como las hojas, caerá por sí mismo.
Y agradecer. Agradecer a lo que me acompañó hasta aquí porque es lo que me sostuvo en el camino hasta este lugar.
Y agradecer. Agradecer a lo que elijo que siga formando parte del manto que me abriga porque, lejos de suponerme una carga, me aporta calor y ligereza
Decir que no. Otro sinónimo de soltar. De dejar ir. Y, tras de sí, abrir de par en par. Decir sí.
Gracias, María por compartir.
Un abrazo grandote, preciosa.
María gracias a ti por tu comentario 🙂 que maravilla leerte y que regalo tener un poquito de ti en mi blog. No sé por qué será que no me extraña que estemos conectadas. Un besazo preciosa y seguimos juntas en nuestro camino de decirnos que SI !